Mami déjame que yo lo hago

¿Os ha pasado alguna vez que no habéis sabido explicar correctamente a vuestro peque algo? Os pongo un ejemplo: “Cariño, si algo es mentira, significa que no es verdad, ¿lo entiendes ahora?” “Y mami, ¿qué significa verdad?” 😥

Pues esa fase o periodo del “¿y por qué?” de la hermana mayor ya la he pasado, al menos eso creo. Pero ahora estamos inmersas de lleno en la fase titulada como este post: “Mami déjame que yo lo hago”.

Desde el inicio de curso de infantil, la seño nos insistió en que teníamos que favorecer el desarrollo de la autonomía de nuestros hij@s: que se limpie el culito sol@, que coma sol@ en el comedor, que explique en clase sus trabajos y se acostumbre a hablar ante el público, etc…

Como madre normal y corriente, la primera reacción es decir: “¡ooohhh, si no puede hacer eso sola, si es muy pequeña, qué empeño en forzar el aprendizaje, ya aprenderá más adelante!”. ERROR. Cuando pasan los primeros días del curso, observas que la hermana mayor está feliz y se ha adaptado sin problemas a estos cambios en el cole, una vez más los niñ@s nos sorprenden con sus tremendas capacidades.

Pues bien, nos ponemos manos a la obra y a fomentar su autonomía en casa también. Y es cuando viene el problema de explicar a tu hij@ cómo debe hacer las cosas sol@ sin que acabes haciéndolo tú porque está tardando mucho. PACIENCIA.

A veces ha sido complicado aguantarme las ganas de ayudarle, y lo que hacía era explicarle paso a paso con palabras cómo debe hacerlo, evitando usar las manos porque al final terminaba sentándola yo en el wc, abriéndole una bolsa de galletas, poniéndole la camiseta, coloreando su dibujo, escribiendo su nombre o limpiandole la cara. El truco es respirar y volver a repetir una vez más las instrucciones 😂.

Como el otro día, que la hermana mayor se quería poner unos calcetines que tienen un lazito a los lados (esta faceta de ser su propia asesora de imagen fue de lo primero que aprendió). Entonces se sienta en el suelo y me mira con los calcetines en la mano: “Mami, ¿cómo son estos calcetines?¿en qué pie va éste?¿y el lazo?”…¡A dios! Ya estamos liados otra vez y vamos a llegar tarde, respiro y comienza la clase magistral sobre la correcta posición del calcetín con lazo:

-“Cariño, ¿ves el lazo? Pues va en la parte de fuera del tobillo”

– “¿Y cuál es la parte de fuera del tobillo? el tobillo es esto duro, ¿verdad?”

– “No cielo, te lo estás poniendo al revés, esa parte va detrás en el talón”

– “¿El talón? Que palabra más graciosa, mami”

– “Natalia, vamos, fíjate que ese calcetín está del revés, tienes que darle la vuelta. No hija, no es darle la vuelta mirando para otro lado, es que metas la punta del calcetín hacia dentro y entonces empujes y lo que estaba fuera ahora está dentro…cógelo bien que se te cae…vamos Natalia si no es tan difícil…venga lo hago yo y tú miras como se hace”…(¡¡ERROR!!). 

Al final solo consiguió ponerse uno solita en la posición correcta, para el segundo tuve que intervenir porque no sabía cómo explicarselo con palabras sin tener que hacerlo yo directamente. Tendré que leer más literatura porque noté que estoy escasa de vocabulario 😉.

Es una niña muy buena e independiente, y no me sorprende que le encante hacerlo todo ella sola, porque es que a casi todos los peques les encanta la sensación de ser autónomos, se sienten más seguros.

Me saca de mis casillas a veces, pues sí. Pero entonces recuerdo que lo tengo que hacer por su bien, tengo que dejarla hacer cosas ella sola. Y con la bebé ya ni os cuento lo espabilada que está, una parte es por lo que aprende de observar a su hermana mayor, pero sobre todo es porque ha cambiado mi actitud y le doy mucha más libertad, y ahora se ha convertido en “terremoto Jimena”, escaladora profesional y des-organizadora de cajones. EXPERIENCIA.

Mi duda ahora es, ¿cuál será la siguiente etapa?¿qué me espera el curso que viene? Os iré informando.

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