Conversaciones que inspiran

Hoy me siento bien, hasta sonrío sin darme cuenta, y no me importa que me haya quedado afónica, sin apenas voz, porque llevo 3 días disfrutando de conversaciones que inspiran. 

La segunda conversación fue una llamada de teléfono de casi 3 horas, en mi salón, con mis niñas a mi lado jugando (y llorando), hablando de eventos y proyectos, de maternidad y conciliación, de ideas sueltas, de amor y de odio, de aficiones, hasta de contabilidad e impuestos, de todo menos de meteorología… Dos mamis trabajadoras estábamos creando, motivadas pero confesando agotamiento, porque solo las mujeres somo capaces de pasar por casi todos los estados de ánimo reconocidos en una misma conversación: primero comenzamos con entusiasmo, nos sentimos poderosas, luego siempre dudamos de todo y parece que nos vence el pesimismo, después pasamos por el momento desahogo y confesión, y más dudas, pero la otra que escucha con empatía abre la veda de los consejos para transmitirte calma y rellena el frasco de paciencia, lo que provoca que pocos minutos después creamos tener alas, y tras la despedida nuestra mente parezca un motor a tope de revoluciones.

¿Y si os digo que durante estas tres horas de conversación telefónica recogimos la casa (cada una la suya), di de desayunar a mis hijas y cambié pañales, a la vez que escribía una lista de ideas inspiradoras que iban surgiendo?

La tercera conversación no fue una sola, sino muchas durante unas horas que pasamos en familia donde me sentí realmente bien, tal vez porque venía feliz de la conversación anterior, pero también porque en esta reunión familiar hubo de todo lo bueno: solecito, risas, vino y paella valenciana, nuevos amigos, reencuentros y música. Y por supuesto mis niñas conmigo disfrutando y jugando, la hermana mayor todo el rato con su sonrisa puesta, y la bebé aprendiendo a subir escalones.

¿Tenía muchas otras cosas que hacer en casa y de trabajo? Sí. ¿No me importó y llegué a casa a las 9 de la noche? Sí. ¿Las niñas agotadas y algo sucias se durmieron pronto y sin bañarse? Sí. ¿Mami estaba cansada pero muy contenta? Sí. ¿Me puse a recoger un poco y a trabajar con el ordenador otro poco? Sí.

La cuarta conversación no fue una conversación convencional, sino una serie de “audios de wasap” con una buena amiga, una mami luchadora y creadora de infinitas listas de ideas geniales. Hablamos de nuevos proyectos, los suyos y los míos, y nos apoyamos como siempre, nos entendemos y nos admiramos la una a la otra, de nuevo otras dos mamis creando y creyendo tener alas. También hablamos de los peques de la casa, y todavía la admiraba mucho más. Esta vez sólo sentimos entusiasmo y poder, no hubo dudas ni pesimismo.

Lo bueno de los audios de wasap es que yo, mientras, disfrutaba de un baño nada relajante con mis niñas y nos arreglábamos para salir a un cumpleaños. Lo malo es que tuve que escuchar los audios dos veces para no perderme nada.

Y todas esas conversaciones surgen gracias a la primera conversación, una entrevista y una experiencia genial que me puso nerviosa, supuso un nuevo reto, y eso es lo que más me gustó, superar el reto, aunque no con una nota sobresaliente…pero yo es que siempre he sido más de un 7 picarón que de un 10 aburrido.

Aunque pensándolo mejor…la conversación que inspiró todo lo que me está pasando a día de hoy, fue una conversación por Facebook que continuó por unos mails que terminaron en un beso y un abrazo cuando por fin conocí a Lucía, mi pediatra en la Primera Jornada Infantil Family Fun Weekend que organizamos el pasado noviembre de 2016 en Córdoba, otro reto conseguido.

Anoche, de vuelta a casa sintiéndome culpable de nuevo por si no he atendido a mis niñas igual que siempre estos tres días de trabajo, ordenador y teléfono, la hermana mayor va y me dice:

Mami, se me olvidaba que tenemos que hacer un trabajo del cole sobre mi animal favorito. Mami yo he escogido a la mariposa, porque tiene muchos colores y vuela. Mami yo quiero conseguir volar algún día, mami, eso es lo que yo quiero, no sé si puedo, pero es lo que quiero.

Estas niñas mías parece que me leen la mente, ellas son las que más me inspiran. Pues sí hija mía, volarás, volarás muy alto, sé fuerte y conseguirás todo lo que te propongas……pero como dice tu padre….¡a las 10 en casa!

 

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